APARATITOS

Los microondas están subestimados. ¡Joder, son realmente necesarios!

Son rápidos, no ensucian (bueno, a menos que tengas un accidente y hagas la inocentada del huevo, o metas cositas de fácil hervir sin la correspondiente tapita) y el nuestro era monísimo.

Últimamente tenía  a Alba entusiasmada. No hacía más que decir "Pipíii, bibe pipiiiiiiii"
Hasta estaba aprendiendo a usarlo (es lista, la jodía).

Unos días atrás empezamos a oler a chamusquina en casa. Un olor como "eléctrico", como a cable chamuscado. Pero nada. No veíamos nada.
En una de éstas, ponemos el bibe de marras a calentar y empezamos a oir un ruido "jshhhhh...jshhhhh...."
¿¡Qué leches es eso?! Mecagonlap... ¡El microondas! Mierrrrdaaaaaaaaaaaaaaaaaa....

Pues sí. Microondas "a lolo". Requiescat In Pace. 
Resulta que el cacharrito tenía 1000 años o más. Así que, así estamos ahora:

La tapa del microondas esperando al nuevo.

¿Sabéis la de cafés y colacaos que nos tomamos al día? Sí, vale, es sólo un cacito, no manchas más y tal...¡ja! ¡Y una leche!
Hemos perdido la práctica totalmente, a ver... Lo calientas demasiado, se te sale todo. La leche requemada en la mierda de la vitro NO SALE NUNCA. Se queda a vivir para siempre ahí, en los fuegos. Calientas otra cosa, y te huele toda la casa a cuerno quemado.
Como la leche se te ha achicharrado, la pequeña saltamontes dice que está "fufú" y hay que echar leche fría, pero ya no te cabe en el recipiente, así que tienes que hacer "fifty-fifty" y manchas otro vaso.

Al trasvasar la leche del cazo al vaso...¡Fuas! derramamiento del quince. Limpias pero no queda bien. Queda todo pegajoso, y como lo nuestro es acero inoxidable....¡TOMA MARCAZA!

Y no hablemos de las fregadas que se pega Padre (que le encanta fregar...ALELUYA)...

Cuando te falta este aparato es equiparable a cuando te falta el móvil... cuando te lo dejas en casa o se te estropea...
¿¡¿¿¡QUÉ HAGO YO AHORA SIN WHATSAPP?!?!?!
Pues igual.

Pues bueno, algo bueno le saco a esto.

A Alba le relaja la cocina. Le gustan los fuegos llenos de cazuelas, y ver como sale humo, y le das vueltas y vueltas a las cosas con un palo que le gusta rechupetear; que te lo pide cuarenta veces para que se lo dejes y le dices 39 veces que no pero la última se lo das y te hace un gotelé en un abrir y cerrar de ojos... Le gusta la salsa, como le gustará a cualquier niño.

Así que, mientras llega...¡a salsear!

Bonanit.